R.M.N. (Crítica)
R.M.N.
⭐️⭐️⭐️⭐️
Título original: R.M.N.
Año: 2022
Duración: 125 min.
País: Rumanía
Dirección; Cristian Mungiu
Guion: Cristian Mungiu
Fotografía: Tudor Vladimir Panduru
Reparto: Marin Grigore, Judith State, Macrina Barladeanu, Orsolya Moldován, Rácz Endre, József Bíró, Ovidiu Crisan, Zoltán Deák, Cerasela Iosifescu, Andrei Finti.
Unos días antes de Navidad, Matthias vuelve a su pueblo natal, una localidad multiétnica de Transilvania. Está preocupado por su hijo, Rudi, que ha crecido sin él, y por su padre, Otto, que se había quedado solo, y desea volver a ver a Csilla, su exnovia. Trata de implicarse e incluirse más en la educación del niño, que ha pasado demasiado tiempo a cargo de su madre. Cuando la fábrica que Csilla dirige decide contratar a empleados extranjeros, la paz de esta pequeña comunidad se verá perturbada, y las inquietudes afectarán también a los adultos. Las frustraciones, los conflictos y las pasiones volverán a aflorar, rompiendo la paz aparente de la comunidad.
Estamos hablando de un director que lleva ya dos palmas de oro, y uno de los grandes responsables de la nueva ola del cine rumano, un director que sabe como equilibrar y realizar los argumentos fílmicos sin necesidad de recurrir a lo sencillo. un gran director que sin duda llegaría a tener otra palma de oro en poco tiempo si continua con el rigor con el que trabaja. Esta película formo parte de la selección oficial en el festival de canes del 2022.
con un lenguaje a través de tomas largas, sin cortes y con una cámara fija que cambia a cámara en mano entrecortada, Mungiu revela con una narrativa lentamente, lo que realmente tiene en mente: xenofobia, nacionalismo y racismo, e ignorancia, que se encuentra debajo de toda la comunidad en la que se desarrolla la película, con paisajes austeros y muy desoladores que revelan la triste vida de estos pueblerinos, que sin duda nos les queda más que aguantar el triste destino desolador.
RMN significa 'Rezonanta Magnetica Nucleara', el mas grande problema es cuando la dueña de la panadería contrata en su empresa a ciudadanos extranjeros de Sri Lanka, donde todo el pueblo se junta con el sacerdote, que resulta como la mayor autoridad o el mediador de las personas del mismo pueblo. Hay una escena que dura no mas de 15 minutos donde todos están discutiendo sobre estos extranjeros en una reunión comunitaria que no tiene ningún corte y los diálogos y el rigor de la filmación hacen una escena perfecta y como pocas en el cine.
Las actuaciones son algo rígidas, pero a lo largo de la película nos damos cuenta de toda la psicología detrás de ellos y como se va complementando y estructurando al paso de los minutos. Una cinta con un ritmo lento pero eficiente para mostrar lo triste que es vivir en esa zona. Una gran pieza cinematográfica.
VLADISLAV TATARIEV
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